La pandemia no nos ha dejado solo el coronavirus. El efecto de la pandemia en la salud mental se evidencia en el aumento de casos por depresión. La saturación en la sanidad pública ha provocado que muchas enfermedades no hayan podido tratarse adecuadamente, especialmente en el ámbito de la salud mental, lo que resulta en la cronificación y empeoramiento de algunas patologías o enfermedades. A esto se suma un aumento de los cuadros depresivos como resultado de problemas sociales y económicos: pérdida de empleo, fallecimientos de seres queridos, aislamiento, etc.

Algunos datos sobre la depresión en España

  • 1 millones de personas padecieron algún cuadro depresivo en 2020.
  • 230 000 de esos casos fueron considerados graves.
  • La depresión afecta el doble a las mujeres que a los hombres.
  • Castilla y León tiene la incidencia más alta.
  • El 16% de la población de más de 85 años sufre algún cuadro depresivo.
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Los síntomas tras la depresión

La depresión es un trastorno mental que afecta tanto a nuestro estado de ánimo o emociones, como a nuestro cuerpo. Por ejemplo, el dolor de cabeza es uno de los síntomas más característicos de la depresión debido al cansancio y a la jaqueca tensional.

Es importante que estés atento si sufres alguno de estos síntomas:

  • Pérdida de interés: puede manifestarse con el abandono de actividades de ocio y otras actividades rutinarias. También es posible que tengas menos ganas de pasar tiempo con tu familia o amigos.
  • Dificultad para concentrarse: si estudias o trabajas, las tareas pueden volverse pesadas y puedes sentirte atascado.
  • Falta de energía
  • Sentimientos de culpa, tristeza e irritabilidad
  • Baja autoestima: si tienes pensamientos negativos constantes, especialmente sobre ti mismo, es posible que sufras depresión. Estos pueden derivar en ideas de suicidio.
  • Cambio de apetito: normalmente, se trata de una disminución de las ganas de comer.
  • Insomnio o problemas para conciliar el sueño

Si crees que podrías sufrir depresión, es muy importante que acudas a un especialista de inmediato. Las enfermedades mentales pueden cronificarse, por lo que atenderlas prontamente es muy importante.

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¿Sufres otros trastornos?

Puede que si sufres otros trastornos psicológicos, como la ansiedad, sea difícil identificar una depresión. Ambos son respuestas ante episodios externos e internos, problemas que consideramos amenazas. Un psicólogo es el que debe evaluarte y determinar los tratamientos específicos. Sin embargo, puede ayudarte saber que…

  • el sentimiento predominante en la depresión es la tristeza. En la ansiedad suele predominar el nerviosismo o miedo.
  • la depresión no tiene un desencadenante externo tan claro y su origen es más psicológico. La ansiedad suele ser una respuesta hacia una situación externa.
  • si te encuentras deprimido, es posible que tu estado varíe entre estaciones e incluso en el mismo día. Eso no suele ocurrir con la ansiedad.
  • la depresión conlleva falta de interés y de disfrute. Esto no ocurre con la ansiedad.
  • la ansiedad tiene una respuesta fisiológica más fuerte: diarrea, dolor abdominal, temblores, aumento de la frecuencia cardiaca, respiración agitada… Por el contrario, si sufres un cuadro depresivo puedes sentir un retraso de las funciones motoras: falta de reflejos, lentitud al hablar, apatía…

La depresión sigue siendo tabú

La depresión sigue sin verbalizarse y se estima que el 50% de las personas que la padecen no están tratadas. Estos datos pueden deberse a varias razones:

  • A pesar de que la depresión tiene una sintomatología clara, que por supuesto puede varias entre pacientes, muchas personas no asocian estos síntomas a una enfermedad. Aún existen muchos estereotipos sobre la depresión.
  • Muchas personas consideran que algunos de los síntomas asociados a la depresión son tan solo emociones y la subestiman, quitándole relevancia. La depresión no se cura con el tiempo sin un tratamiento adecuado. Además, la depresión no es solo “psíquica”: los síntomas también son físicos. Los cambios químicos en nuestro cerebro pueden incluso alterar su fisionomía y la enfermedad tiene un gran factor genético.
  • Las personas que sufren depresión pueden encontrarse solas o incomprendidas. Sin embargo, existen una gran cantidad de recursos. Busca ayuda: no estás solo. Si conoces a alguien que podría padecer depresión, infórmate y ofrece tu apoyo.

Puedes sentir tristeza y agotamiento de vez en cuanto, pero si esto afecta a tu día a día es mejor que pares y pidas ayuda. No estás solo: esa situación que atraviesas tiene solución.