El divorcio puede llegar a ser un proceso difícil de llevar para niños y adolescentes, ya que se enfrentan a una serie de cambios inesperados. Su núcleo familiar, así como sus rutinas se ven desestabilizadas por completo, lo que puede provocar en ellos estrés, tristeza o confusión. Vamos a hablar de los aspectos más importantes a tener en cuenta al ayudar a tu hijo durante un divorcio.

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Cómo contar a tu hijo el divorcio

Lo primero de todo es hacérselo saber y lo ideal es que ambos progenitores estén presentes al contárselo. La conversación debe adaptarse a la edad y grado de madurez del niño, ya que no va a reaccionar igual un niño que un adolescente.  Independientemente de la edad de nuestros hijos, es importante recordar que necesitan palabras que les permitan entender qué está pasando. Es esencial transmitirle el mensaje de que la separación ha sido una elección exclusivamente de los padres y que ella/él no ha tenido la culpa. Es muy frecuente que tiendan a echarse la culpa, pero hay que hacerles ver que la decisión se ha tomado pensando en el bien de todos. Por último, hay dejar a un lado la culpa y el enfado: sin echarle la culpa a nadie, sin hacer comentarios negativos sobre el otro y, por supuesto, sin pelear en su presencia.

Cuanto más mayor sea nuestro hijo/a mayor es la posibilidad de que haga preguntas sobre esta nueva situación y su por qué. Algunas de estas podrían ser:

«¿Con quién voy a vivir?», «¿podré seguir viendo a mis amigos?», «¿tendré que cambiar de colegio?»…

Si bien es verdad que nuestros hijos no tienen por qué conocer los motivos del divorcio, es importante decirles qué y cómo va a cambiar su vida. Lo más importante de todo al responderles es no mentirles nunca para que no se sientan más confundidos de lo que se puedan sentir.

Ayúdale a afrontar el cambio

Una de los cambios más evidentes después de un divorcio es la ruptura de su núcleo familiar y rutina. Ahora nuestro hijo/a tendrá que pasar tiempo con sus padres por separado y en casas diferentes y esto puede llegar a desestabilizarlos. Lo más importante es ofrecerles una sensación de comodidad hasta que se acostumbre y normalice la nueva situación. Una nueva rutina y los cambios progresivos ayudarán a crearles esa sensación intentando evitar a toda costa la incertidumbre. A la hora de elegir horarios, es importante dejar de lado vuestras diferencias y priorizar las necesidades de vuestros hijos.

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Mientras se acostumbran al cambio, es importante hablar con ellos, sobre todo si muestran cambios en su comportamiento o estado de ánimo. Anímalos a expresar sus sentimientos con palabras, haciéndole saber que sus padres los valoran y lo tomarán en serio. También es necesario ofrecerle todo nuestro apoyo jugando o haciendo cosas juntos.

En caso de que sea necesario, contacta con un profesional para ayudaros a ambos a pasar por esta nueva etapa mediante una mediación familiar o con psicología infantil. Cambios como la ansiedad, dificultades de sueño o apetito son indicadores de que nuestros hijos puede que necesiten ayuda. Estaremos encantados de ayudarte, así que no dudes en contactar con nosotros.