¿Alguna vez has oído hablar de la violencia vicaria? La violencia vicaria es un tipo de maltrato intrafamiliar con graves efectos psicológicos en el eslabón más débil: los hijos.

La violencia de género es una de las lacras que siguen vigentes en la sociedad actual. Cada día, los medios de comunicación publican nuevos casos que se suman al helador total anual. Sin embargo, la violencia no afecta únicamente a los integrantes de la pareja, sino a todos los miembros que la componen. Los hijos también se ven expuestos tanto a la observación del maltrato a sus seres queridos como, en multitud de casos, a una violencia directa o indirecta aplicada contra ellos.

A partir del caso de Anna y Olivia, las niñas de Tenerife que fueron presuntamente asesinadas por su padre, Tomas Gimeno, ha reaparecido el término “violencia vicaria”, que fue acuñado por la psicóloga Sonia Vaccaro y ya aparece desde 2017 en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Sin embargo, a pesar de estar estos casos en boca de todos, aún este término plantea muchas dudas. Por ello,  ¿qué es exactamente la violencia vicaria?

La violencia vicaria: qué es y por qué se lleva a cabo

La violencia vicaria es un tipo de violencia intrafamiliar que incluye toda aquella conducta realizada de manera consciente para generar un daño a otra persona, ejerciéndose de forma secundaria a la principal.

Esto quiere decir que el hijo o hija se utiliza como instrumento para hacer daño al auténtico objetivo de la violencia: la pareja. El individuo que ejerce el maltrato aprovecha la fragilidad de los menores vulnerando y menoscabando su integridad física o psicológica con el fin de dañar psicológicamente a su pareja, despertando en ella sufrimiento, dolor y sensación de culpa al no poder defender a las personas más queridas por la víctima.

La finalidad del agresor es ejercer el mayor daño posible a su pareja y, de esta manera, el menor queda desprotegido. Se podría decir que se convierte en el eslabón más débil en esta cadena de violencia. El agresor trata a sus hijos ahora como objetos y no como personas. Es la moneda de cambio con la que poder chantajear y maltratar a su pareja.

Este tipo de violencia doméstica puede darse de múltiples maneras:

  1. Maltrato psicológico

El maltrato psicológico es una forma de agresión basado en una relación de poder. A través de humillaciones, abusos, críticas, el agresor atenta contra la estabilidad emocional de la víctima. Esta sufre intimidación, culpa y baja autoestima, impidiéndola salir de ese bucle vicioso.

  1. Privación de necesidades básicas

Hay casos donde el agresor busca tomar el poder de sus víctimas impidiéndoles sus necesidades básicas, como, por ejemplo, el alimento, la vivienda o la atención a la salud.

  1. Abusos físicos

La violencia física se trata de todo tipo de vejaciones físicas contra sus víctimas con el objetivo de causar dolor. Incluye castigos físicos, torturas, y tratos degradantes y humillantes. En la mayoría de los casos estamos hablando de pegar con la mano o con un tipo de objeto al niño; obligarles a ingerir todo tipo de alimentos; quemaduras; zarandeos, etc.

  1. Abusos sexuales.

Al hablar de violencia sexual, nos referimos a cualquier tipo de actividad sexual impuesta por un adulto a un niño. Los abusos sexuales pueden ir desde la incitación a cualquier actividad sexual ilegal.

En algunos casos, como hemos visto en el de las niñas de Tenerife, este tipo de violencia puede llevar a la muerte del menor, sea en forma de homicidio o de asesinato premeditado.

Dentro de la violencia vicaria, existen otros tres casos que conmocionaron a la sociedad por su crudeza. Primero, el Caso José Bretón, quien asesinó a sus dos hijos como venganza hacia su mujer por querer separarse de él. Segundo, el Caso Ángela González, a quien su marido, Felipe Rascón, le arrebató lo que más quería: su hija, después de cursar 51 denuncias. Pero de nada sirvió porque el agresor terminó con la vida de sus dos víctimas. Y no podemos olvidar el caso de Amaia y Candela, las dos hermanas degolladas por su padre en Moraña en julio de 2015. Estos son algunos de los más conocidos, pero no debemos olvidar  que hay muchos más de los que nadie habla.

Recuerda que, aunque no haya violencia directa hacia los menores, otros tipos de comportamientos muy comunes en los divorcios causan grandes estragos en los niños, alterando su forma de socializarse, su autoestima y bienestar. Por ejemplo, los ataques personales entre las partes a través del niño, tratar de obtener información, los chantajes…

violencia ejercida contra menores

Perfil del agresor

¿Cómo podemos describir psicológicamente al agresor?

Aunque trazar el perfil detallado del agresor no es tarea fácil, porque cada caso debe analizarse individualmente. Sí se pueden exponer ciertos rasgos comunes:

  • Suele tratarse de hombres de entre veinte y cincuenta años de edad, como ocurre con otras formas de violencia doméstica. Pero no podemos olvidar que también hay casos donde la agresora es la mujer.
  • A nivel psicológico, los dos rasgos más comunes son: la profunda sensación de inferioridad y la falta de seguridad en sí mismo.

Ante este sentimiento de desconfianza, el agresor descarga su frustración violentamente sobre otros. En los casos de violencia vicaria, busca la dominancia y el ejercicio del poder a través de la sumisión de los hijos. Este poder le convierte en una figura autoritaria que disfruta de una obediencia y control de la situación.

Efectos en el menor

A la hora de abordar la figura del menor, debemos atender a los tres niveles de efectos (el físico, el psicológico y el emocional) para comprender así los perjuicios graves que generan en el desarrollo de los hijos.

  • Físicamente, las agresiones que el menor pueda sufrir suponen severas lesiones desde la hospitalización, pasando por una discapacidad (según las zonas que sean lesionadas) hasta la muerte.
abusos menores maltrato
  • Psicológicamente, los efectos son numerosos:
    • La autoestima y el autoconcepto pueden verse severamente dañados.
    • Se observa, por norma general, un deterioro de la capacidad de atención y concentración, una bajada del rendimiento académico y un elevado nivel de desmotivación.
    • Es frecuente la aparición de trastorno por estrés postraumático.
    • Evitación de situaciones que recuerden al maltrato.
    • Un elevado nivel de activación fisiológica.
    • Trastornos de ansiedad o del estado de ánimo como la depresión.
  • Emocionalmente, se dificulta la adquisición de habilidades sociales, la aparición de la empatía y los problemas de autocontrol.

¿Cómo atacar el problema?

En el caso de la violencia de género, en general, y de la violencia vicaria, en particular, deben cooperar todos los organismos capacitados con el objetivo de detener y solucionar este maltrato hacia los más vulnerables.

La legislación es la herramienta más útil para que las víctimas queden protegidas. Respecto a la violencia vicaria, el pasado 4 de junio del 2021, entró en vigor una nueva Ley Orgánica 8/2021 de Protección integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia con la que se busca salvaguardar los derechos de los menores de edad. Citando textualmente, “se busca garantizar la protección de manera efectiva y ágil en los casos que se detecten indicadores de violencia sobre la infancia y adolescencia, con medios que protejan a tiempo su integridad emocional y psicológicas, y como no, la física”.

Lo que se persigue con esta ley es que el menor se convierta en el centro del problema, y no quede relegado a un segundo plano. De esta manera, se establece como un paso más en ese camino por alcanzar la protección total de las víctimas, en este caso la protección de los niños y adolescentes.

No obstante, la violencia doméstica no se debe atacar solo desde el plano judicial. La sociedad también tiene la obligación de concienciarse sobre el problema. No podemos olvidar que la violencia vicaria ataca a los más débiles, los niños, y les produce daños físicos y psicológicos decisivos para su desarrollo cognitivo posterior.

Si estas sufriendo abusos por parte de tu pareja y tu hijo presenta alguno de los síntomas descritos, podemos ofrecerte ayuda en nuestra terapia psicológica infantil .