¿Has notado que tu humor a cambiado con la entrada del mal tiempo? Es posible que con la llegada del frío y las lluvias te encuentres a ti mismo repitiendo frases como «Me da pereza salir», «El invierno es para estar en casa» o «Yo es que con frío pienso peor». Los cambios de humor estacionales son un trastorno muy común y tienen distintas causas. Hoy te hablamos de ellos y te damos unos consejos para combatir el decaimiento y la tristeza.

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Cambios de humor estacionales: otoño e invierno sus peores enemigos

El mal tiempo y las condiciones climatológicas adversas pueden afectar a nuestro estado de ánimo. Los síntomas más comunes son tristeza, falta de energía o mal humor. Estos cambios son tan comunes que incluso los podemos observar en la naturaleza. La hibernación, por ejemplo, es un estado de letargo que afecta a muchas especies. Esta se asemeja en ciertos aspectos a los cambios que nos produce el invierno. Incluso una gran parte de la flora frena su crecimiento durante estos meses. ¿Por qué sucede esto?

 Menos luz, menos alegría

Durante los meses de otoño e invierno, la luz natural se ve reducida drásticamente y esto influye de manera directa en nuestro estado anímico. Cada día los días son más cortos, pero es que además la climatología no acompaña.

El sol estimula neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. A la última se la conoce como «la hormona de la felicidad» y regula nuestros estados de ánimo. Es un remedio natural frente a la ansiedad o incluso la depresión. Por otro lado, el sol ayuda a la síntesis de vitamina D. Su déficit puede empeorar algunas enfermedades como la artritis, lo que afecta a la salud y a su vez nos influye anímicamente. La oscuridad, además, aumenta la secreción de melatonina. Esta hormona facilita el sueño y está asociada con la somnolencia.

Conclusión: la falta de exposición al sol causa por lo tanto, cambios negativos en el estado de ánimo, falta de energía y también una desregulación del sueño – causando insomnio o somnolencia.

Biorritmos y los cambios de estación

Los cambios de estación también afectan a nuestros biorritmos, puesto que nuestros hábitos se ven afectados. Con el buen tiempo, solemos pasar más tiempo fuera de casa y alargar la hora de irse a dormir. Realizamos más ejercicio físico, lo que supone una liberación de dopamina y nos brinda más energía. Sin embargo, en invierno realizamos más actividades en casa, lo que afecta a nuestro cuerpo y nos aletarga. También es muy común que nuestros horarios de comida se vean afectados, lo que repercute en nuestro biorritmo.

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¿Cómo levantamos el ánimo?

  • Haz deporte a diario para subir tu dosis de dopamina. Te recomendamos hacerlo al aire libre y durante las horas de luz para intentar absorber todo el sol posible.
  • Mantén una dieta equilibrada.
  • Intenta mantener una rutina con un horario fijo. Así dormirás mejor y tu cuerpo se adaptará a los horarios de luz.

Cuando los cambios de humor estacionales se convierten en un trastorno afectivo estacional

Cuando el mal tiempo nos afecta de una manera más fuerte durante el invierno, quizá estemos sufriendo lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional. Es un tipo de depresión que puede confundirse con los cambios de humor estacionales. En este trastorno y al contrario que a los cambios de humor, los síntomas se prolongan durante todo el invierno y son incapacitantes. Además la sintomatología es más amplia, incluyendo sentimientos de culpa, perdida de peso, desgana y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

Este tipo de trastorno se produce, principalmente, durante los meses de invierno, aunque en algunos casos puede darse en los cambios de estación de primavera o verano. Mayormente, afecta a mujeres.

Si crees que puedes estar sufriendo depresión o problemas con su estado de ánimo, le recomendamos que busque ayuda profesional. No espere a que su problema desaparezca por si solo.